Durante mucho tiempo se ha pensado que acudir a terapia de pareja es el último recurso, una especie de «ultimátum» cuando la relación está al borde de romperse. Pero lo cierto es que la terapia de pareja no es solo para momentos de crisis; también puede ser una herramienta preventiva y de crecimiento mutuo.
Un espacio para reencontrarse
A menudo, las parejas llegan a consulta cuando la comunicación ya está muy deteriorada o el desgaste emocional es evidente. Sin embargo, acudir antes de que eso ocurra permite trabajar la relación desde la conciencia y el cuidado, no desde la urgencia, lo que de alguna manera, lo hace más orgánico y «fácil» para ambos.
La terapia puede ser un espacio donde volver a mirar al otro con curiosidad, reconectar con lo que unió a la pareja y aprender nuevas formas de comunicarse.
En palabras de la psicóloga:
Esther Perel, “no dejamos de amar porque nos aburrimos, nos aburrimos porque dejamos de mirar”.
¿Qué se trabaja en terapia de pareja?
Cada pareja tiene su propio ritmo y sus necesidades, pero en general se abordan aspectos como:
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La comunicación emocional: aprender a expresar lo que sentimos sin herir ni cerrarnos.
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La gestión de los conflictos: diferenciar el problema real del modo en que lo discutimos.
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Las expectativas y los acuerdos: revisar creencias sobre el amor, la convivencia o el compromiso.
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La conexión afectiva y sexual: recuperar la complicidad y la intimidad, más allá de la rutina.
Un ejemplo cotidiano: muchas parejas discuten por tareas domésticas, pero en realidad, detrás suele haber una sensación de desequilibrio o falta de reconocimiento.
La terapia ayuda a traducir esos mensajes emocionales que se esconden tras los conflictos del día a día.
Terapia como prevención, no solo intervención
Igual que hacemos revisiones médicas o cuidamos la salud física, también podemos cuidar la salud del vínculo antes de que aparezcan los síntomas del desgaste.
Asistir a terapia en momentos de estabilidad no significa que algo vaya mal, sino que existe una intención de cuidar lo que se tiene.
Además, aprender a comunicarse, gestionar los desacuerdos y expresar necesidades emocionales fortalece el vínculo y evita que los pequeños conflictos crezcan hasta volverse insostenibles.
Un cambio de mirada
Acudir a terapia de pareja no debería vivirse como un fracaso, sino como un acto de responsabilidad y madurez emocional. Es una oportunidad para conocerse mejor, cuidar el vínculo y aprender juntos nuevas formas de relacionarse.
En mi experiencia, las parejas que acuden antes de que el malestar se cronifique suelen obtener mejores resultados, porque trabajan desde la curiosidad y el compromiso, no desde la desesperación o la herida que pueda estar en alguno de los miembros.
“Amar no es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección.”
— Antoine de Saint-Exupéry
Si sentís que es un buen momento para vuestra pareja y queréis ahondar, profundizar y aprender a miraros desde otro punto, y nuevas estrategias que refuercen vuestro vinculo, o estáis en un momento complicado «de crisis» y necesitáis un espacio seguro para hablar y trabajar sobre ello, la terapia puede ser un espacio para aprender nuevas herramientas de autoconocimiento y conocimiento del otro, estrategias de reconocimiento y gestión emocional y comunicación asertiva dentro de la pareja.
Estaré encantada de acompañaros en este proceso.
Podéis contactarme a través de mi pagina web aquí para más información o para agendar una cita.
Tu bienestar es importante.
No tienes que pasar por esto solo o sola.
Tu mano amiga.


